Como ya dije en esta entrada de Traducir con dos monitores, casi siempre tengo abierto el programa de correo (en mi caso, Outlook).
Esto parece ir en contra de algunas normas de productividad. Me explico: hay gurús de la productividad que recomiendan consultar el correo tres veces al día como máximo: una por la mañana, otra a mediodía, y otra por la tarde. Fuera de estos tres momentos, habría que tener cerrada la aplicación para evitar las interrupciones, que son el talón de Aquiles de la atención durante el trabajo. [Leer más...]