Antes que nada, te deseo un feliz año nuevo 2016 y que este año que ya va rodando sea un buen año para ti, desde el punto de vista personal y profesional como traductor.
Si en el anterior artículo vimos las implicaciones de ofrecer una tarifa baja de traducción, ahora veremos lo propio con una tarifa alta.
No es la antítesis exacta del artículo de las tarifas bajas; si leíste el artículo recordarás que te animaba a que no tuvieras una tarifa baja (que cada uno que haga lo que quiera con su tarifa). Los motivos están en el artículo. Por eso, si quieres tener una visión global, debes leerlos ambos artículos.
¿Empezamos, entonces?
Por qué tener una tarifa alta
Hablamos siempre de una tarifa alta definida por esta gráfica, según vimos en este artículo de tarifa alta o baja.
Hay varios motivos por los que puedes decidir tener una tarifa alta, aparte del evidente de «para ganar más dinero».
Si ofreces unos servicios que casi nadie más ofrece, por la ley de la oferta y la demanda, podrás pedir una tarifa superior a la media. Por ejemplo, puedes ser un traductor jurado residente en una ciudad en la que no tienes competencia. O puede que sea tu especialidad o tu combinación de idiomas. Puede que seas un buenísimo traductor, que das a tu cliente un trabajo impecable, es una delicia trabajar contigo gracias a tu inteligencia emocional y cumples con los plazos acordados. En caso de problemas, que aparecen siempre tarde o temprano, eres un profesional que busca rápido una solución en vez de ser un jeremías que toma la senda de la queja continua.
Si hay un cliente satisfecho con tu trabajo, no dudes de que tu tarifa alta es la correcta.
Es una relación de confianza:
- El cliente sabe que las probabilidades de que le des un buenísimo trabajo son muy altas (lo digo así, algo enrevesado, porque he visto pocas traducciones perfectas, y errar es humano; lo que hay que evitar es cometer fallos graves constantemente).
- Tú, como traductor, sabes que el cliente te reconocerá tus servicios (te pagará no solo con agradecimientos verbales, sino con dinero).
Sin duda es una relación sana y duradera, a menos que tengas una tarifa demasiado alta, y consigas algún cliente «perdido» del mercado, pero que perderás en cuanto vea que consigue el mismo servicio, pero algo más barato con otro traductor. Es la ley inflexible de la oferta y la demanda…
Implicaciones de una tarifa alta
Aparte de lo evidente, que es ganar más por tu trabajo, tener una tarifa alta tiene sus implicaciones tanto en tu marca como en ti mismo y en tu trabajo.
Lo vemos por partes:
Implicaciones de una tarifa alta para el cliente
Ya lo dejé claro en el artículo anterior de la tarifa baja: los clientes que están dispuestos a pagar más son los que más van a valorar el esfuerzo de la calidad que das. Son clientes que contratan tus servicios porque es más una inversión que un gasto.
Son clientes que si tienen alguna duda con tu traducción, te la consultarán, por supuesto, pero estoy convencido de que no es la tónica general. Si lo hacen es como crítica constructiva para la próxima vez traducción salga mejor, no como arma para que quede claro «quién manda aquí» ni para negociar constantemente un descuento.
Estos clientes son también los que menos problemas van a darte a la hora del pago. Supongo que es porque valoran tu trabajo, lo que implica necesariamente que tienen una tendencia mucho menor a perderte las facturas…
Estos clientes te valoran y te aprecian, es una relación en la que ganan las dos partes: el cliente y tú, el traductor.
Por si no quedara claro, lo digo de nuevo, porque es el quid de todo este artículo: es una relación en la que todos ganan.
¿Sabes lo último que quiere el cliente interesado en un buen trabajo? ¿Te lo imaginas?
Lo último que desea tu cliente es tener problemas con tu trabajo, con la traducción que le has entregado:
- Porque la traducción está mal y tiene que rehacerla él mismo en buena parte; también porque la lee y no tiene sentido. No quiere perder su valioso tiempo en algo que suponía ya cubierto.
- Porque no has seguido las directrices que te dijo. Se molestó en dártelas, quizás en otro encargo, y es evidente que no las has seguido esta vez.
- Porque no quiere pasar ningún bochorno. Sí, aunque no lo creas, las relaciones que no van bien son un mal trago para las dos partes.
- Porque no quiere sentirse engañado. Eso fue lo que sentí hace una año cuando mi revisor me dijo con voz alterada: «¡Esta traducción está fatal! ¡Tu traductor, quien quiera que sea —así se empieza a perder el respeto— lo ha traducido con Google y solo ha cambiado algún artículo de posición!
No olvides nunca tu parte del acuerdo y te auguro una relación larga y fructífera con este cliente.
Dale un buen trabajo, sigue al pie de la letra las directrices que te dio, sé sincero con él y tendrás un cliente que pensará que ¡eres lo mejorcito que se ha podido encontrar!
No voy a insultar la inteligencia de nadie: por supuesto que a este cliente le encantaría que tu tarifa fuera menor, pero entiende que todo tiene un precio, y que si quiere lo mejor, tendrá que pagar más. Al igual que el bolígrafo superbarato deja de escribir el primer día, sabe que un buen traductor es una garantía de un buen servicio.
Un cliente fiel no tiene mucho que ver con ese otro cliente que va buscando solo el precio, porque ya sabes que siempre habrá otro traductor más barato… Hasta ahí llegaría su fidelidad.
Por cierto: ¿sabes que la mayoría de los clientes no te pagan con su propio dinero? Es el caso de casi todos los clientes directos corporativos; la excepción sería, por ejemplo, una persona física que necesita una traducción jurada. Pues bien, casi todos los clientes cargan contra un presupuesto ya asignado ¡que en realidad no es su dinero personal! Este hecho incrementa su deseo de que todo vaya bien, porque en caso contrario su jefe le pedirá explicaciones y sería una vergüenza para él. Ya hablamos antes del bochorno, pero quería dar este matiz…
Seguimos con una comparación virtual:
Imagínate que un cliente tiene en la mesa tu tarifa alta y la de otro traductor, que es bastante más baja que la tuya, en la parte inferior de la campana de la anterior figura. Si este cliente es de los que se preocupan por la calidad, ¿qué crees que pensará de las dos tarifas?
Como acabo de comentar, este cliente no quiere sustos con la calidad, así que pensará que la tarifa baja debe de tener «gato encerrado». El traductor con la tarifa más baja puede venderse como más «económico», pero este cliente pensará que «lo barato a menudo sale caro». No va descaminado, según vimos en el artículo de las tarifas bajas.
¡Ahí tienes tu baza!
¿La vas a aprovechar?
No lo dudes: tu tarifa es parte de la marca como profesional, al igual que lo son tu especialidad, tu combinación de idiomas, tu saber hacer, tu capacidad de comunicación con el cliente, cierta flexibilidad para hacer un esfuerzo extra puntualmente, tu facilidad para resolver problemas… En fin, una serie de características tuyas y solo tuyas, de las que el precio solo es una de ellas. Todo esto lo valora el cliente y, si el conjunto le cuadra en su cabeza, podrá pagarte una tarifa superior a la media.
Por supuesto, siempre habrá clientes que verán las traducciones como un gasto, no como una inversión, y que solo buscarán la tarifa más baja, y cuanto más baja, mejor… Es ley de vida que haya traductores dispuestos a cubrir las necesidades de estos clientes, pero lo importante es que sepas:
- que no tienes que ser tú…
- que no todos los clientes son así.
Mi recomendación es que te alejes lo más posible de estos clientes que no te interesan y te concentres en los que sí te interesan.
Implicaciones de una tarifa alta para el traductor
Tener una tarifa alta también tiene implicaciones para ti.
En un mercado de libre competencia como el nuestro, no hay duda de que una tarifa alta te hará perder posibilidades de trabajar con determinados clientes o trabajos. Los traductores más baratos se llevarán esos clientes, pero no te preocupes o, al menos, no te preocupes mucho…
Como ganas más dinero, es evidente que necesitarás trabajar menos horas para tener los mismos ingresos. Desde mi punto de vista, el tiempo que le dedicas a un cliente es un pilar fundamental para hacer un buen trabajo.
Si trabajas solo en las horas que eres productivo, y no un zombi frente a un teclado a altas horas de la noche, sacarás lo mejor de ti, algo que se reflejará en el trabajo que haces y que el cliente valorará.
Los encargos que se hagan a altas horas de la noche deberían ser excepcionales y tu cliente debería saberlo, porque puede haber resultados algo por debajo del nivel al que le tienes acostumbrado. Un poco de tacto por tu parte hará que el cliente lo entienda perfectamente y se coordinará mejor para evitar encargos intempestivos.
Otro pilar importante para entregar un buen trabajo es tu estado anímico. No lo olvides, es una relación en la que todos ganan (tú, como traductor, y tu cliente, como receptor de tus servicios). En estas condiciones, cuando trabajas con gusto y te apetece levantarte de la cama para empezar a traducir, rindes el doble, con las neuronas al 100%:
- vas más rápido;
- no cometes tanto fallos;
- en tu interior deseas dar lo mejor de ti;
- consultas al cliente de algún problema que veas;
- ni se te pasa por la cabeza enviar la traducción sin antes haberlo revisado.
Este estado anímico tuyo de carácter positivo lo detecta el cliente, no solo porque cuando hablas con él le dedicas todo el tiempo necesario, en la entonación de tu voz, sino también porque entregas una traducción de calidad.
Te voy a contar un caso real mío, para que veas que llevo hasta el final el concepto de relación donde todos ganamos:
Me ha pasado varias veces que un cliente se equivoca por algún motivo y me envía una orden de pedido con un importe mayor al acordado; también me ha pasado que un cliente paga dos veces por el mismo trabajo. A veces han sido cantidades pequeñas; a veces cantidades de cuatro cifras nada despreciables. En cualquiera de los casos, siempre le he avisado de la situación, y ha quedado claro que le facturaría el importe acordado o que le devolvería el dinero pagado en exceso. El cliente siempre da las gracias, es cierto que es un ejemplo de sinceridad en momentos en que se podría mirar hacia otro lado para ver si no se da cuenta, pero creo que en el fondo se ha dejado una huella: la de es un placer trabajar contigo y no todo vale para ganar dinero.
Mucho de lo dicho son percepciones mías, de cosecha propia y de lo que me vais contando vosotros en las charlas que tenemos.
Si necesitas más quorum, te voy a recomendar esta vez no un libro como en el artículo de la tarifa baja, sino un grupo de Facebook:
Recomendación del grupo de Facebook «Standing Out»
Aparte del libro The Wealthy Freelancer ya recomendado en el artículo de la tarifa baja, te voy a dar un enlace a un grupo de Facebook en el que los traductores hablan de sus experiencias sobre su trabajo. Son traductores felices por dar un buen servicio, que se esfuerzan cada día por mejorar y que, por supuesto, no tienen una tarifa baja.
🙂
Se trata de un grupo gratuito, aunque cerrado de Facebook, por lo que hay que pedir la admisión. Tiene mucha actividad, casi toda muy aprovechable, sobre todo si conoces personalmente el lado oscuro de la tarifa baja y quieres ver la otra cara de la moneda).
El enlace al grupo es https://www.facebook.com/groups/standingoutgroup/.
Conclusiones de una tarifa alta
Tener una tarifa alta tiene las siguientes ventajas:
- ser feliz mientras trabajas;
- tener tiempo libre para tu vida personal;
- darte motivos y posibilidades de aprender cada día;
- tener un cliente fiel que valora tu trabajo.
Entiéndeme, querido traductor: no digo que sea fácil tener una tarifa alta (algunos de vosotros lo verbalizáis como «digna»), lo que digo es que es posible tener una tarifa alta, y no hay mejor prueba que mostrarte un buen grupo de traductores que la tienen (Standing Out).
Si no lo has hecho, te recomiendo que leas este otro artículo, el de las implicaciones de tener una tarifa baja.
PD.: Me anoto como pendiente un artículo donde cuente cómo puedes subir tu tarifa y no morir en el intento.
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Nada más, solo un par de recomendaciones si te interesan las tarifas:
- Lee los otros artículos de tarifas de este mismo blog. Los tienes todos si filtras por «tarifas» en la nube de etiquetas (columna derecha del blog).
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