El tiempo está justo, muy justo, para la entrega, pero ya estás acostumbrado y sabes dosificar la tensión.
Pero lo que está a punto de pasarte no distingue entre razas, ni religiones ni género…
Suele suceder en el momento más inoportuno: al final de una dura jornada, después de haber traducido en SDL Trados Studio y revisado todo el trabajo, y solo cinco minutos antes de enviar el documento traducido al cliente.
Un mensaje críptico de Studio es el primer golpe, no sabes qué te está pasando: has intentado crear el documento final, varias veces, pero Studio no te deja, y siempre te da el mismo error.